24 mar 2011

La historia del FBC Melgar, un club que se ha hecho carne, que hacer y empeño de todos los arequipeños, tras una lucha férrea, se inicia como la de miles de clubes, de pobre cuna, que nacen como fruto del amor al deporte. Luego, su existencia y logros no son tan comunes y trasciende muy por encima de otros, que en su gran mayoría, se pierden en la desorganización y el olvido. Melgar nació humilde, pero con un destino que le tenía deparados horizontes plenos de posibilidades en el ámbito nacional e internacional.

la noche que se alcanzo la gloria   
 
La fecha de su fundación se remonta al 25 de marzo de 1915, años iniciales del siglo XX que venían con la carga de conflictos mundiales y de tensa actividad política. Eran todavía años aurorales del fútbol en el Perú, cuando gente brava con pañuelo anudado a la cabeza se la pasaba pateando la pelota hasta que caía el sol, en polvorosos potreros o entre la grama alta de las chacras. Esos mozos de antaño, de piel curtida, de manos fuertes o de exquisito gusto por la música, se reunieron en esa fecha en el parque "Bolognesi", que así se llamaba entonces el ahora parque "Duhamel" en nuestra Blanca Ciudad. El nacimiento del FBC Melgar tuvo una peculiaridad: no sólo salió a luz con intenciones de jugar fútbol, sino que los muchachos estaban dispuestos a cultivar la música y la poesía, porque sentían la influencia del héroe Mariano Melgar. Por eso es que bautizaron a la embrionaria institución como "Juventud Melgar". Entre los ya legendarios nombres de los jugadores figuran los de: Mariano Laguna, Octavio Huerta, Faustino Carpio, Carlos Black, Víctor Ballón, Luis Chacaltana, Lino Linares, Edilberto Gallegos y José Giradles. Pero el primer presidente del "Juventud Melgar" fue Epifanio Milón, que no estuvo entre los gestores del club, pero que a partir de la toma de su cargo se entregó en cuerpo y alma a la entidad. Posteriormente, el nombre se varió a FBC Melgar, que es el que hasta ahora flamea orgulloso en las canchas del Perú y el extranjero. Se hizo el cambio para entrelazar el balompié y el arte en la designación del club. Así se ponía el fútbol en el nombre junto al de la poesía que representa el vate y mártir de Umachirí. De las huestes Melgarianas fue el músico Benigno Ballón Farfán, creador del vals "Melgar", que se convirtió en el himno de la institución… Escenario de tardes de triunfos y derrotas, de glorias y fracasos del FBC Melgar, fue el canchón de "Santa Marta", donde desarrolló su actividad en los primeros años. En ese campo el equipo lucía sus colores originales: Chompa verde y pantalón negro, e incluso gorra y corbata. Con el correr de los años el uniforme variaría al rojinegro actual, que seguiría mostrando con el mismo orgullo que el primigenio. Cuatro años después de su fundación, el FBC Melgar haría una gira a Lima, que figura entre los hitos más saltantes de su historia.
Los campeones del 81


Entre las figuras del fútbol peruano de antaño que han alineado en sus filas, figuran el golero Jorge Pardón, y el Zaguero Gerardo Arce, que brillaron en el seleccionado peruano y el segundo en Alianza. Melgar fue campeón arequipeño en 1928 y 29. Posteriormente en la década del 60 se coronó prácticamente todos los años, intercalando el 66 que estuvo invitado en el descentralizado, para el 71 lograr su ingreso definitivo al fútbol grande. Le costó cinco años de dura lucha al escuadrón rojinegro del Misti entrar del todo al profesionalismo descentralizado, tras haber pasado una experiencia en el 66 cuando se instauró en el fútbol nacional, la integración de los provincianos. En el 66, Víctor Nagaro, entonces presidente del Comité Nacional de Deportes, impuso al fútbol guapo del interior en la máxima división. Nagaro logró doblegar la resistencia de los dirigentes del balompié capitalino que habían hecho un feudo de esta actividad y que se oponían tercamente al ingreso de una savia nueva en la jerarquía más alta de este deporte. FBC Melgar, el cuadro de la furia arequipeña, fue uno de los pilares en el que se sostuvo Nagaro para conformar un contingente provinciano de clubes, de ciudades de fútbol fuerte y con afición dispuesta a repletar los estadios. Con el representante de Arequipa fueron invitados a participar en el Primer Campeonato Profesional Descentralizado el Atlético Grau de Piura, el Alfonso Ugarte o los "Diablos Rojos" de Chiclín, y el Octavio Espinoza de Ica. El equipo mistiano fue llamado porque lucía el título de bicampeón del fútbol arequipeño y en ese torneo expuso la calidad de su juego y la furia ancestral que lo impulsa. Sin embargo, las bases del primer descentralizado estipulaban que los cuadros invitados ganarían el derecho a seguir militando en Primera División, sólo si quedaban ubicados entre los 6 primeros. Y el escuadrón melgariano se ubicó sétimo, lo que lo obligó a volver a su liga de origen, donde tendría que ganar nuevamente el título para, como campeón, intervenir en la Copa Perú, el torneo que se creó en 1967 como mecanismo de ascenso de los provincianos al descentralizado. Melgar no sólo campeona en 1967, sino sucesivamente hasta el 70, y durante todos esos años estuvo intentando su ingreso. Siempre iba como el favorito y terminaba perdiendo su oportunidad. Parecía como si un maleficio lo persiguiera cada año o como si Lima se hubiera convertido en una plaza tabú en la que no podían concretar su "hazaña".
Pero tenía que llegar su gran jornada. Dicen que tanto va el cántaro al agua que por fin se rompe. Y así pasó. En la Copa Perú del 71, FBC Melgar campeona y ganó con todas las de la ley su ingreso al profesionalismo descentralizado. En Arequipa pareció como si el Misti hubiera erupcionado. Todo ese pueblo indómito, emprendedor y fuerte vibró con la conquista. Melgar tenía entonces figuras que se dieron íntegras cada año, a la búsqueda de lo que al comienzo pareció ser sólo una quimera. Pero su esfuerzo hizo que se convirtiera en realidad el acariciado sueño de regresar al fútbol grande, del que apenas gozaron en su fugaz experiencia del 66. Están en el recuerdo hombres como Luis Ponce Arroé, Raúl Rossell, Elard Delgado, el goleador Eduardo "Patato" Márquez, y el capitán y símbolo Armando Palacios, un "medio pelado" que hizo historia en las filas rojinegras. Esa gente se cuajó por años viviendo y sudando puro Melgar, hasta lograr que se colocara en la máxima división. Otros nombres de aquel brillante ascenso fueron el arquero Rolando Farfán, César Ticona, Hernán Paredes, Jesús "Cachucho" Neyra, Risco y Raúl "gallinita" Ruiz.

El Campeonato de 1981 fue sin duda el momento mas importante de este querido club, recalcando lo que simboliza este campeonato pues, el FBC Melgar es el único equipo, fuera del Departamento de Lima y la Provincia Constitucional del Callao, que ha logrado un Campeonato Nacional del Fútbol Profesional Peruano. Durante los festejos, una multitud calculada en unas 100 mil personas recibió triunfante y fervorosa a los jugadores del Melgar luego de que consiguieron ungirse como campeones del fútbol peruano. El arribo de los cracks, en horas de la mañana, significó una movilización nunca antes vista por un resultado deportivo que prácticamente paralizó las actividades industriales, comerciales y agropecuarias de la ciudad. Los jugadores fueron llevados en largas caravanas desde el aeropuerto hasta la Plaza de Armas en medio de aplausos, gritos y hurras por toda la ciudad. En la Plaza de Armas, el alcalde de Arequipa, José Villalobos, destacó la campaña de los campeones y entregó un pergamino como testimonio de la ciudad a una acción destacada de sus hijos.

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